10 de marzo de 2010

UNA CHIQUILLADA



Inocencia (Del lat. innocentĭa): Exención de culpa en un delito o en una mala acción.



La que ha liado Iker, el chaval de Amorebieta desaparecido durante 20 horas, medio país buscándole y él de aventura. Parecía el espejo en el que debían mirarse el resto de chavales y chavalas de su ikastola y mira... Y es que no todavía no queremos aceptar que la infancia no esta libre de zonas oscuras, que hasta el más angelito puede ser super cruel y que su pretendida inocencia consiguen activar a todos los equipos de emergencia habidos y por haber.
Ahora los tertulianos de las televisiones, empezarán a pontificar, que si por culpa de la Play, de la Ds, de la tele, de la incomunicación…y del Sum Sum Korda. Mientras tanto Iker ya se ha hecho independiente y él como otros muchos nos adelanta a los adultos a toda pastilla, vamos que nos superan en casi todo.

Hay una pedazo de película titulada Viento en la velas de Alexander Mackendrik que refleja de una manera contundente hasta donde puede llegar la “inocencia “ de los niños y lo crueles que pueden llega a ser. La recomiendo con insistencia.
En su momento, el escritor Javier Marías realizó una crítica sobre esta película, adjunto una parte de ella: “No hay moraleja en Viento en las velas, pero si una tenue lección no subrayada: uno no puede dejar de ser lo que es ni por un instante, porque lo normal es que nadie lo siga a uno en eso. Los piratas deja de comportarse como tales, y los niños, en cambio, serán siempre niños en todas las circunstancas, lo cual quiere decir que se amoldarán a lo que les toque en suerte y se preocuparán por sobrevivir tan sólo y serán amorales, y sobre todo olvidarán fácilmente, para no tener compasión ni lealtades. Lo peor del asunto es que –no sé si se han dado cuenta- vivimos en un mundo cada vez más infantilizado

Iker, no te preocupes que no has hecho nada malo, lo único, haberte ido solo, con un amigo la aventura hubiera sido más divertida.

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